A pesar de dormir un poco más, aligeramos el desayuno y hacia las 6:30 ya estamos en marcha. Tras unos primeros kilómetros de carretera, el camino se introduce en un bucólico sendero en medio de un robledal. En el bosque nos topamos con la triste aparición de la ermita de san Juan de Maltray, ermita que en pocos años se está desmoronando. Algún peregrino piadoso ha formado cruces de piedra en el suelo, conjurando quizás para que ese siga siendo un lugar de oración, aunque caigan las piedras.
Poco después hace su aparición la torre de Ruesta, que nos anuncia la proximidad del pueblo abandonado pero donde hay un edificio rehabilitado como albergue. En él hacemos nuestro primera parada con el "desayuno completo" de la casa: zumo, tostadas con mantequilla y mermelada, café con leche por 3,50 €.
Desde aquí emprendemos un larga pero agradable subida, pasando primero por la ermita de Santiago. El paisaje es amable, rodeados de bosque hasta el collado desde donde emprendemos la bajada hasta Undués que ya se divisa. Accedemos al pueblo por los restos, algunos muy bien conservados, de la antigua calzada romana. Optamos por comer temprano en el bar-restaurante con nuestros compañeros peregrinos y hacer una buena siesta tras los correspondientes cuidados: lavado de pies en la fuente, aplicación de cremas,... La temperatura es buena y no hace excesivo calor. Buen día para caminar.
Tras el descanso emprendemos la marcha final hacia Sangüesa. Cruzamos el límite de Aragón y entramos en Navarra. La pista es comoda y con buen ritmo llegamos a Sangüesa. El albergue ya está lleno (es pequeño y la ocupación es autogestionada: cuando uno llega se coloca) con ciclistas incluidos. La alternativa del hostal no es mala: por dos euros más tenemos el servicio que necesitamos: cama y ducha. Como es buena hora y es domingo aprovechamos para ir a misa a la iglesia de Santiago (y así la vemos). Aunque la joya de esta localidad es la iglesia de Santa María que aparece preciosa ya que acaban de retirar la lona después de unas obras de restauración y limpieza. Después de cenar caliente en un bar, nos retiramos a dormir.
1 comentari:
Un nou dia de sorpreses: l'ambient de Ruesta, la xerrada amb algun habitant d'Undués de Lerda i, finalment, l'estona compartida amb algun "peregrino de la noche" a Sangüesa... Dia també de comiat, el meu més sincer agraïment pels meus companys de camí d'aquells dies!!!!!
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